jueves, 23 de septiembre de 2010

OTTO MORALES: EL LIBERALISMO EN EL PORVENIR (7). SU COLUMNA SEMANAL EN EL MUNDO

http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1871&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%C3%B3n&idnoticia=160254&imagen=091203081209otto.jpg&vl=1&r=opinion.php





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El liberalismo en el porvenir (7)
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Reanudamos el análisis de la situación del liberalismo. Como lo enunciamos en la anterior columna, los Estatutos de Lleras Restrepo, se orientaban a que el liberalismo siempre tuviera unidad. En el prólogo que escribí a mi libro “Origen, programas y tesis del liberalismo”, puntualicé: “Lo que proponen los estatutos es que haya una representación equitativa de las tendencias en organismos directivos y en las listas oficiales de la colectividad. Que la obligación “es buscar la unidad de ésta, dentro de las líneas del libre análisis de sus programas y su adaptación a las nuevas condiciones políticas y sociales del país”. Varios elementos se integran en ésta definición:
1º ) que todos los sectores tengan una representación equitativa en organismos y en listas 2º ) que pueda existir libre examen – característica histórica y capital del partido – de sus programas, para ampliarlos y enriquecerlos; 3º ) que debe estar abierta a la exploración de desconocidos recursos políticos y sociales. Necesita, por lo tanto, vivir actualizando su ideario; la manera de actuar frente a las instituciones, para mejorarlas y con una visión amplía para enjuiciar y dirigir los imprevistos a los que se presenten, en lo nacional y como consecuencia de las ataduras internacionales”. Estos planteamientos, se complementan con lo que aparece en su folleto: “El liberalismo colombiano 1972. Allí se consagran los principios permanentes, el desarrollo económico unido a la justicia social; las transformaciones de la vida internacional, en aspectos de la ciencia y de la economía. Una preocupación del partido debía ser como incorporar a las mujeres a la plenitud de la acción nacional, sin ninguna merma en su destino. Lo mismo que mantener vigilante un nacionalismo moderado.

¿Había que preguntar, el liberalismo, en los últimos años, se ha preocupado de estos cardinales problemas?

Lentamente, fue apareciendo uno de los fenómenos más irregulares en la política. Motivo de crisis que se prolonga sobre el destino del liberalismo. Me refiero a cómo se fueron organizando en el Parlamento, senadores y representantes para imponer que se les dieran “auxilios”. Esta aspiración, es el comienzo de una catástrofe moral, a nivel nacional. El liberalismo predicó y buscó soluciones administrativas contra ellos.

Para evitar que se siguieran entregando, sin una destinación especifica, en los programas de planeación se estableció que no habría un solo gasto que no estuviera contemplado en los Planes de Desarrollo. Y para evitar que ellos se pudieran obtener en lo departamental o municipal, se crearon las Planeaciones Departamentales y Municipales. Además, el Congreso debía elegir la Comisión Permanente para regular la materia. Nunca la eligieron, pues se oponían a ese control. En ocasiones, boicotearon la votación del Presupuesto si no se incluía una partida para los tales y maléficos auxilios.

Para evitar que ello sucediera, se incorporó la tesis de la planeación al sistema administrativo nacional. En la ley 54 de 1939 se consagra el concepto de la concertación y se crean mecanismos para hallarla. Por el artículo 7 del Acto legislativo No. 1 de 1945 se dieron las bases para que en el año de 1946 se pudiera proponer el funcionamiento del Departamento Administrativo de Planeación y servicios técnicos. La Ley 19 de 1958 en el Frente Nacional, la puso a funcionar y en decretos posteriores se hacen los desarrollos.

La Reforma Constitucional de 1968, se orienta básicamente a fortalecer este mecanismo y no podrían decretarse gastos que no estuvieren aprobados en los asuntos relacionados con esta materia. Había un inciso del artículo 72, sino recuerdo mal, por medio del cual los parlamentarios podían presentar sus iniciativas ante las Cámaras o la Comisión cuando se trataba de inversión, creación de un servicio nuevo o “el agotamiento de auxilios o participaciones para empresas o actividades de desarrollo económico y social y que sean incluìdas en los planes generales”.

Pocos años después se introdujeron reformas, en el gobierno del doctor Turbay, y allí se hablaba de “las inversiones para impulsar el desarrollo regional y que se debatiría en la Comisión del Presupuesto”, que fue lo que se propuso eliminar con la Comisión Permanente y la inclusión de las obras en los planes de desarrollo. Esto Facilitaba la repartición de los auxilios con sentido clientelista. Porque se hubiera podido idear otro mecanismo. Algunos hablan del “situado fiscal” que era darle un cauce administrativo a esos dineros. No se pensó en ello. El sistema es aberrante y Lleras Restrepo, No. 243, de su publicación, “Nueva Frontera” del 6-12 de 1979, lo describe:

“Personalmente yo, desde hace muchos años, y “Nueva Frontera” de manera constante, hemos combatido la política de los auxilios que para los màs variados fines votan los parlamentarios, o, mejor dicho, incluyen en el presupuesto sin examen alguno después de que, tras un degradante regateo, el ministro de Hacienda acepta un suma global que se reparte entre senadores y representantes, no sin que los dignatarios de la Comisión de Presupuestos, se reserven la parte del león. Cada representante o senador asigna su porción como le viene en gana, o, mejor dicho, como conviene a sus intereses electorales y en ocasiones a su propia conveniencia personal. La inclusión de esas partidas en el presupuesto nunca corresponde a la expresión de la voluntad colectiva del Congreso expresada concientemente, procedida de un análisis de la necesidad a que se dice querer dar atención. El procedimiento envuelve un doble juego que afecta a la vez la independencia del Congreso y el buen manejo de los recursos fiscales. El ministro de Hacienda acepta entregar una suma global, que ha ido subiendo año tras año, a la voracidad de los parlamentarios; sin eso no camina el proyecto de presupuesto en la Comisión. Prácticamente el trabajo de Congreso, en relación con la pieza maestra de la política gubernamental, el presupuesto de rentas y gastos, se reduce a arrancar al gobierno esa partida y luego a recibir su arbitraria repartición.

Esa plata se manejaba alegremente: muchos congresistas en sus chequeras personales. Otros establecieron “Fundaciones”, que eran mascarones de proa para poder avanzar – sin control público – en el abuso de esos dineros oficiales. El país recuerda los escándalos cuando se investigaron esas “fundaciones”. La inmoralidad se dejó crecer. Esto dañó al partido, dio nacimiento a otra aberración política: el clientelismo.

OTTO MORALES: EL LIBERALISMO EN EL PORVENIR (7). SU COLUMNA SEMANAL EN EL MUNDO

http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1871&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%C3%B3n&idnoticia=160254&imagen=091203081209otto.jpg&vl=1&r=opinion.php





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Reanudamos el análisis de la situación del liberalismo. Como lo enunciamos en la anterior columna, los Estatutos de Lleras Restrepo, se orientaban a que el liberalismo siempre tuviera unidad. En el prólogo que escribí a mi libro “Origen, programas y tesis del liberalismo”, puntualicé: “Lo que proponen los estatutos es que haya una representación equitativa de las tendencias en organismos directivos y en las listas oficiales de la colectividad. Que la obligación “es buscar la unidad de ésta, dentro de las líneas del libre análisis de sus programas y su adaptación a las nuevas condiciones políticas y sociales del país”. Varios elementos se integran en ésta definición:
1º ) que todos los sectores tengan una representación equitativa en organismos y en listas 2º ) que pueda existir libre examen – característica histórica y capital del partido – de sus programas, para ampliarlos y enriquecerlos; 3º ) que debe estar abierta a la exploración de desconocidos recursos políticos y sociales. Necesita, por lo tanto, vivir actualizando su ideario; la manera de actuar frente a las instituciones, para mejorarlas y con una visión amplía para enjuiciar y dirigir los imprevistos a los que se presenten, en lo nacional y como consecuencia de las ataduras internacionales”. Estos planteamientos, se complementan con lo que aparece en su folleto: “El liberalismo colombiano 1972. Allí se consagran los principios permanentes, el desarrollo económico unido a la justicia social; las transformaciones de la vida internacional, en aspectos de la ciencia y de la economía. Una preocupación del partido debía ser como incorporar a las mujeres a la plenitud de la acción nacional, sin ninguna merma en su destino. Lo mismo que mantener vigilante un nacionalismo moderado.

¿Había que preguntar, el liberalismo, en los últimos años, se ha preocupado de estos cardinales problemas?

Lentamente, fue apareciendo uno de los fenómenos más irregulares en la política. Motivo de crisis que se prolonga sobre el destino del liberalismo. Me refiero a cómo se fueron organizando en el Parlamento, senadores y representantes para imponer que se les dieran “auxilios”. Esta aspiración, es el comienzo de una catástrofe moral, a nivel nacional. El liberalismo predicó y buscó soluciones administrativas contra ellos.

Para evitar que se siguieran entregando, sin una destinación especifica, en los programas de planeación se estableció que no habría un solo gasto que no estuviera contemplado en los Planes de Desarrollo. Y para evitar que ellos se pudieran obtener en lo departamental o municipal, se crearon las Planeaciones Departamentales y Municipales. Además, el Congreso debía elegir la Comisión Permanente para regular la materia. Nunca la eligieron, pues se oponían a ese control. En ocasiones, boicotearon la votación del Presupuesto si no se incluía una partida para los tales y maléficos auxilios.

Para evitar que ello sucediera, se incorporó la tesis de la planeación al sistema administrativo nacional. En la ley 54 de 1939 se consagra el concepto de la concertación y se crean mecanismos para hallarla. Por el artículo 7 del Acto legislativo No. 1 de 1945 se dieron las bases para que en el año de 1946 se pudiera proponer el funcionamiento del Departamento Administrativo de Planeación y servicios técnicos. La Ley 19 de 1958 en el Frente Nacional, la puso a funcionar y en decretos posteriores se hacen los desarrollos.

La Reforma Constitucional de 1968, se orienta básicamente a fortalecer este mecanismo y no podrían decretarse gastos que no estuvieren aprobados en los asuntos relacionados con esta materia. Había un inciso del artículo 72, sino recuerdo mal, por medio del cual los parlamentarios podían presentar sus iniciativas ante las Cámaras o la Comisión cuando se trataba de inversión, creación de un servicio nuevo o “el agotamiento de auxilios o participaciones para empresas o actividades de desarrollo económico y social y que sean incluìdas en los planes generales”.

Pocos años después se introdujeron reformas, en el gobierno del doctor Turbay, y allí se hablaba de “las inversiones para impulsar el desarrollo regional y que se debatiría en la Comisión del Presupuesto”, que fue lo que se propuso eliminar con la Comisión Permanente y la inclusión de las obras en los planes de desarrollo. Esto Facilitaba la repartición de los auxilios con sentido clientelista. Porque se hubiera podido idear otro mecanismo. Algunos hablan del “situado fiscal” que era darle un cauce administrativo a esos dineros. No se pensó en ello. El sistema es aberrante y Lleras Restrepo, No. 243, de su publicación, “Nueva Frontera” del 6-12 de 1979, lo describe:

“Personalmente yo, desde hace muchos años, y “Nueva Frontera” de manera constante, hemos combatido la política de los auxilios que para los màs variados fines votan los parlamentarios, o, mejor dicho, incluyen en el presupuesto sin examen alguno después de que, tras un degradante regateo, el ministro de Hacienda acepta un suma global que se reparte entre senadores y representantes, no sin que los dignatarios de la Comisión de Presupuestos, se reserven la parte del león. Cada representante o senador asigna su porción como le viene en gana, o, mejor dicho, como conviene a sus intereses electorales y en ocasiones a su propia conveniencia personal. La inclusión de esas partidas en el presupuesto nunca corresponde a la expresión de la voluntad colectiva del Congreso expresada concientemente, procedida de un análisis de la necesidad a que se dice querer dar atención. El procedimiento envuelve un doble juego que afecta a la vez la independencia del Congreso y el buen manejo de los recursos fiscales. El ministro de Hacienda acepta entregar una suma global, que ha ido subiendo año tras año, a la voracidad de los parlamentarios; sin eso no camina el proyecto de presupuesto en la Comisión. Prácticamente el trabajo de Congreso, en relación con la pieza maestra de la política gubernamental, el presupuesto de rentas y gastos, se reduce a arrancar al gobierno esa partida y luego a recibir su arbitraria repartición.

Esa plata se manejaba alegremente: muchos congresistas en sus chequeras personales. Otros establecieron “Fundaciones”, que eran mascarones de proa para poder avanzar – sin control público – en el abuso de esos dineros oficiales. El país recuerda los escándalos cuando se investigaron esas “fundaciones”. La inmoralidad se dejó crecer. Esto dañó al partido, dio nacimiento a otra aberración política: el clientelismo.

OTTO MORALES BENÍTEZ Y SU HOMENAJE A UN GRAN LIBERAL: HERNANDO AGUDELO VILLA, EN EL MUNDO

http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1865&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%C3%B3n&idnoticia=159697&imagen=091203081209otto.jpg&vl=1&r=opinion.php



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El pensador liberal Agudelo Villa (y 4)
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El pensador Hernando Agudelo Villa, publicó pocas pero diversas obras de reflexión sobre problemas nacionales. Y, coordinadamente, acerca de propuestas doctrinarias del liberalismo. Ellas, son. “La Revolución del Desarrollo” que revive su experiencia como miembro de los “Siete Sabios”, que orientaron la “Alianza para el Progreso”. Su concepción es muy clara: debe realizarse un desarrollo internacional, es decir, una acción que lograría la integración del continente. Además, que su desenvolvimiento se cumpliera en consonancia con los propósitos económicos, sociales, jurídicos, culturales, etc. de la OEA, que se han abandonado y que Colombia debe rescatar, pues es una obra internacional creada por la inteligencia reluciente de Alberto Lleras.
Otros de sus libros son: “Hora de acción: nueva etapa de la Revolución Liberal”, “Liberalismo: crisis y desafío”, “La Revolución liberal: un proyecto político inconcluso”, “Encuentros y foros del liberalismo”, sus “Memorias del Ministro de Hacienda”. Son obras de pensamiento muy claro acerca de las tesis del liberalismo en los diversos aspectos. Son los principios políticos de un estadista, que era lo que Agudelo Villa representaba en la vida colombiana.

Hay que destacar que su vocación ideológica, se orientaba básicamente, a presentar la doctrina del liberalismo en los problemas que rozan con los deberes del Estado. Siempre se le encuentra razonando en relación con la realidad nacional. Penetra, agudamente, en lo màs esencial de los enunciados de nuestra colectividad. No hay improvisación ni ligereza, ni meditación electorera. Es razonamiento hondo, buscando que el liberalismo, con sus ideas, dirija los cambios revolucionarios que la nación necesita. No hay una sola palabra que no se oriente a marcar el itinerario mental de la colectividad. Hay que destacar la devoción de Agudelo Villa por nuestro gran partido liberal.

En una columna de periódico, es imposible sintetizar su pensamiento. Este tiene mucha densidad. Necesita un trabajo muy serio de análisis para denunciar siquiera una parte de sus trabajos esenciales.

Me permitiré copiar alguna de sus preocupaciones. Es una muestra incompleta. El, repetía que el sistema económico, basado en la propiedad privada, en la libertad económica, no ayuda a la comunidad. Que hay que luchar contra la economía del ocio y de la especulación, que avanza en el mundo capitalista. Por ello, la organización social imperante, hay necesidad de cambiarla. Porque ha conducido a una sociedad injusta, que, a la larga, conduciría a la quiebra de la democracia.

Llama la atención a la prédica contemporánea de lo que apellidan tratadistas de derecha “la participación ciudadana”. Esta novísima orientación, conducirá a la eliminación de los partidos. Esta esencial observación, nos revela cómo era de penetrante la inteligencia de Agudelo Villa en la observación de las tesis que circulaban por el mundo.

El liberalismo tiene una obligación de orientar, con sentido social, el ingreso. Como repetía que dos actos del gobierno colombiano – la planeación y el presupuesto - requerían criterios sociales – tesis liberales – pues no son simples enunciados de orientaciones del desarrollo, sino a quiénes deben llegar y favorecer. Repetía que, el presupuesto no es una simple contabilidad de ingresos y egresos de lo fiscal nacional. Debe señalar orientaciones sociales.

Apreciando éstas, y muchas otras materias, el liberalismo debe decir qué sociedad es la que queremos. Porque hoy con el neoliberalismo lo que se está logrando es desmontar la protección industrial nacional, eliminar los subsidios, liberar los precios y las tasas de interés. Además, ha librado una batalla contra la sustitución de importaciones que nos estaba garantizando una liberación económica en los mercados internacionales. El estado colombiano al vender – como se ha venido haciendo – lo que le da oportunidad de intervenir en la defensa del capital y las industrias colombianas, está cometiendo una garrafal ligereza económica.

El liberalismo tiene que resolver, doctrinariamente, si se va a unir a la política de protección de los países capitalistas o adelanta una que le de impulso a las condiciones actuales del país. Que el partido no puede olvidar que el intervencionismo de estado – que han recomendado sus grandes líderes – se utiliza para hacer el cambio social que el partido le ha prometido al pueblo. Porque otro de sus propósitos, es cerrar la lucha entre la riqueza y la pobreza.

Llamó Agudelo Villa la atención a la colectividad acerca del debate que han estimulado, internacionalmente, entre izquierda y derecha. Sosteniendo los reaccionarios que por la caída del muro del Berlín y la crisis de Rusia, la izquierda había desaparecido. Es decir, todos nos debemos poner a la derecha. Él, señalaba que no se puede abandonar la izquierda liberal. Que ésta no se había borrado en el liberalismo y era el sector que le daba impulso y el que mantenía la adhesión de las masas a la colectividad. Repetía lo que escribió Norberto Bobbio: mientras haya miseria, habrá izquierda en el mundo.

Agudelo Villa insistía en que el liberalismo tenía que preocuparse de la política de la nueva sociedad mundial; constatar cómo predominaba la legitimidad de la democracia liberal; de igual manera cómo operaba la renovación de su idearium por la influencia del socialismo; como el liberalismo económico había cumplido su ciclo y nos debatíamos entre la economía mixta y de bienestar. Que en Indoamerica, se está abriendo un debate en el cual pretenden dominar las tesis màs extravagantes y que, es el momento para que vuelva a predominar la doctrina liberal siempre que se enderece a la búsqueda de soluciones sociales. De otra manera, no tendrá audiencia: porque la revolución liberal está ideada para alcanzar un equilibrio social; el modelo de desarrollo busca explicación del modelo intervencionista; defensa del trabajo nacional; revisión de los instrumentos financieros; democratización de la propiedad, en sus diversas formas; control del poder económico; una política de servicios públicos; y del estado de bienestar que el capitalismo quiere arrasar. Es lo que Agudelo Villa señala como la necesidad de retornar al liberalismo, con una organización que defina un nuevo marco político.

Esta es una enumeración de algunas de las pocas tesis de Agudelo Villa. Con su pensamiento político podrá, durante años, nutrirse ideológicamente el liberalismo para logar una sociedad justa, que es lo que se le ha prometido al pueblo colombiano.

OTTO MORALES BENÍTEZ Y SU HOMENAJE A UN GRAN LIBERAL: HERNANDO AGUDELO VILLA, EN EL MUNDO

http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1865&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%C3%B3n&idnoticia=159697&imagen=091203081209otto.jpg&vl=1&r=opinion.php



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El pensador liberal Agudelo Villa (y 4)
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El pensador Hernando Agudelo Villa, publicó pocas pero diversas obras de reflexión sobre problemas nacionales. Y, coordinadamente, acerca de propuestas doctrinarias del liberalismo. Ellas, son. “La Revolución del Desarrollo” que revive su experiencia como miembro de los “Siete Sabios”, que orientaron la “Alianza para el Progreso”. Su concepción es muy clara: debe realizarse un desarrollo internacional, es decir, una acción que lograría la integración del continente. Además, que su desenvolvimiento se cumpliera en consonancia con los propósitos económicos, sociales, jurídicos, culturales, etc. de la OEA, que se han abandonado y que Colombia debe rescatar, pues es una obra internacional creada por la inteligencia reluciente de Alberto Lleras.
Otros de sus libros son: “Hora de acción: nueva etapa de la Revolución Liberal”, “Liberalismo: crisis y desafío”, “La Revolución liberal: un proyecto político inconcluso”, “Encuentros y foros del liberalismo”, sus “Memorias del Ministro de Hacienda”. Son obras de pensamiento muy claro acerca de las tesis del liberalismo en los diversos aspectos. Son los principios políticos de un estadista, que era lo que Agudelo Villa representaba en la vida colombiana.

Hay que destacar que su vocación ideológica, se orientaba básicamente, a presentar la doctrina del liberalismo en los problemas que rozan con los deberes del Estado. Siempre se le encuentra razonando en relación con la realidad nacional. Penetra, agudamente, en lo màs esencial de los enunciados de nuestra colectividad. No hay improvisación ni ligereza, ni meditación electorera. Es razonamiento hondo, buscando que el liberalismo, con sus ideas, dirija los cambios revolucionarios que la nación necesita. No hay una sola palabra que no se oriente a marcar el itinerario mental de la colectividad. Hay que destacar la devoción de Agudelo Villa por nuestro gran partido liberal.

En una columna de periódico, es imposible sintetizar su pensamiento. Este tiene mucha densidad. Necesita un trabajo muy serio de análisis para denunciar siquiera una parte de sus trabajos esenciales.

Me permitiré copiar alguna de sus preocupaciones. Es una muestra incompleta. El, repetía que el sistema económico, basado en la propiedad privada, en la libertad económica, no ayuda a la comunidad. Que hay que luchar contra la economía del ocio y de la especulación, que avanza en el mundo capitalista. Por ello, la organización social imperante, hay necesidad de cambiarla. Porque ha conducido a una sociedad injusta, que, a la larga, conduciría a la quiebra de la democracia.

Llama la atención a la prédica contemporánea de lo que apellidan tratadistas de derecha “la participación ciudadana”. Esta novísima orientación, conducirá a la eliminación de los partidos. Esta esencial observación, nos revela cómo era de penetrante la inteligencia de Agudelo Villa en la observación de las tesis que circulaban por el mundo.

El liberalismo tiene una obligación de orientar, con sentido social, el ingreso. Como repetía que dos actos del gobierno colombiano – la planeación y el presupuesto - requerían criterios sociales – tesis liberales – pues no son simples enunciados de orientaciones del desarrollo, sino a quiénes deben llegar y favorecer. Repetía que, el presupuesto no es una simple contabilidad de ingresos y egresos de lo fiscal nacional. Debe señalar orientaciones sociales.

Apreciando éstas, y muchas otras materias, el liberalismo debe decir qué sociedad es la que queremos. Porque hoy con el neoliberalismo lo que se está logrando es desmontar la protección industrial nacional, eliminar los subsidios, liberar los precios y las tasas de interés. Además, ha librado una batalla contra la sustitución de importaciones que nos estaba garantizando una liberación económica en los mercados internacionales. El estado colombiano al vender – como se ha venido haciendo – lo que le da oportunidad de intervenir en la defensa del capital y las industrias colombianas, está cometiendo una garrafal ligereza económica.

El liberalismo tiene que resolver, doctrinariamente, si se va a unir a la política de protección de los países capitalistas o adelanta una que le de impulso a las condiciones actuales del país. Que el partido no puede olvidar que el intervencionismo de estado – que han recomendado sus grandes líderes – se utiliza para hacer el cambio social que el partido le ha prometido al pueblo. Porque otro de sus propósitos, es cerrar la lucha entre la riqueza y la pobreza.

Llamó Agudelo Villa la atención a la colectividad acerca del debate que han estimulado, internacionalmente, entre izquierda y derecha. Sosteniendo los reaccionarios que por la caída del muro del Berlín y la crisis de Rusia, la izquierda había desaparecido. Es decir, todos nos debemos poner a la derecha. Él, señalaba que no se puede abandonar la izquierda liberal. Que ésta no se había borrado en el liberalismo y era el sector que le daba impulso y el que mantenía la adhesión de las masas a la colectividad. Repetía lo que escribió Norberto Bobbio: mientras haya miseria, habrá izquierda en el mundo.

Agudelo Villa insistía en que el liberalismo tenía que preocuparse de la política de la nueva sociedad mundial; constatar cómo predominaba la legitimidad de la democracia liberal; de igual manera cómo operaba la renovación de su idearium por la influencia del socialismo; como el liberalismo económico había cumplido su ciclo y nos debatíamos entre la economía mixta y de bienestar. Que en Indoamerica, se está abriendo un debate en el cual pretenden dominar las tesis màs extravagantes y que, es el momento para que vuelva a predominar la doctrina liberal siempre que se enderece a la búsqueda de soluciones sociales. De otra manera, no tendrá audiencia: porque la revolución liberal está ideada para alcanzar un equilibrio social; el modelo de desarrollo busca explicación del modelo intervencionista; defensa del trabajo nacional; revisión de los instrumentos financieros; democratización de la propiedad, en sus diversas formas; control del poder económico; una política de servicios públicos; y del estado de bienestar que el capitalismo quiere arrasar. Es lo que Agudelo Villa señala como la necesidad de retornar al liberalismo, con una organización que defina un nuevo marco político.

Esta es una enumeración de algunas de las pocas tesis de Agudelo Villa. Con su pensamiento político podrá, durante años, nutrirse ideológicamente el liberalismo para logar una sociedad justa, que es lo que se le ha prometido al pueblo colombiano.

sábado, 18 de septiembre de 2010

"¿ORGÍA?": COLUMNA DE ALBERTO DONADÍO EN EL ESPECTADOR DE BOGOTÁ

El camino de la paz siempre ha sido tortuoso en Colombia. En nombre de la legítima aspiración del pueblo a vivir en paz tantas tropelías se han cometido, que la Historia pareciera estrecha para reportarlas e interpretarlas. Ello no obsta para que perdamos la memoria y no llamemos las cosas por su nombre: La Violencia, el nefando periodo que corrió entre 1946 y 1957, aproximadamente, pudo dejar más de 300.000 muertos en el suelo patrio. ¿De dónde provino y cómo se originó este baño de sangre? ¿Quién alimentó y a quién o quiénes les aprovechó esta estúpida matanza entre colombianos? ¿Quiénes pusieron los muertos, sacrificaron vidas, familiares, amigos y... finalmente propiedades? ¿En nombre de qué o de quién? ¿Valió la pena este desangre? Ilustra al respecto una excelente columna de opinión que publica este sábado en El Espectador Alberto Donadío. La pueden consultar directamente en el siguiente link, o leerla en nuestro blog:

http://www.elespectador.com/columna-224552-orgia


Opinión| 15 Sep 2010 - 9:56 pm

Alberto Donadio

¿Orgía?

Por: Alberto Donadio
NO HAY "LUGARES DE MEMORIA Y de culto" para recordar La Violencia que se inició en 1946 y produjo cien mil, tal vez doscientos mil muertos, en el decenio siguiente.

Lo dice la publicación ilustrada 200 años de identidad, de la Universidad Nacional y de la revista Semana. Es una vergüenza. No hay un monumento, una placa, una calle para recordar el corte de franela.
Mucho bicentenario y nada se hizo para enmendar la omisión. La Violencia también es parte de la historia de estos 200 años. Pero crear “lugares de memoria” implica reabrir la herida y admitir sin ambages que La Violencia fue en buena parte violencia oficial, violencia de los agentes del gobierno contra ciudadanos inermes. Lo reconocen la UN y Semana cuando hablan de los escuadrones de la muerte creados con anuencia del gobierno y los jefes conservadores. Pero luego la publicación duda, porque describe La Violencia como “orgía de sangre”, “espiral de barbarie”, “paroxismo de muerte”. Con ese criterio, la historia de Suráfrica también sería otra orgía de sangre, porque el Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela apeló a actos sangrientos en la lucha contra el apartheid. Y Sudáfrica lo que vivió fue la opresión inhumana e infame de una mayoría negra por una minoría blanca.
Asombra que la UN pretenda ahora, tardía y subrepticiamente, absolver a los godos y nos diga que “guerrilleros, pájaros, bandidos y policías impartían su odio”, como si todos fueran iguales. No es lo mismo destilar odio para robar fincas, la violencia privada que también se dio en esos años, que usar las armas oficiales para aniquilar a la mayoría liberal. Hay un caso que ilustra, plenamente documentado. Octubre 22 de 1949, postrimerías del gobierno godo de Mariano Ospina Pérez. Sábado por la noche. En el centro de Cali, en un solar, funciona la Casa Liberal. Habla el representante Hernán Isaías Ibarra ante liberales desarmados. Llama a Laureano Gómez asesino. Con precisión profética. Con valor que lo enaltece. En ese instante unos matones entran disparando. Salen, luego entran policías uniformados, siguen disparando. Se retiran. Después entran soldados del ejército, siguen disparando. ¿Saldo de la orgía? Quince muertos, unos setenta heridos. Ese mismo sábado, a pocas cuadras de la Casa Liberal, se festeja el ascenso a general de Gustavo Rojas Pinilla, comandante de la Tercera Brigada. Gurropín informa por telegrama a Bogotá que los liberales armados con granadas y bombas explosivas habían atacado previamente la sede del detectivismo (precursor del DAS). Falso de toda falsedad. El médico Carlos Bonilla Aragón estuvo en la Casa Liberal, de puro curioso, se salvó de milagro y fue testigo del ataque a mansalva y sobre seguro. En la Casa Liberal nadie tenía armas.
Ejemplos como este hay muchos. También en el 49 entraron los policías chulavitas a El Carmen, municipio liberal, y obligaron a unos liberales desarmados a cavar una fosa y los enterraron vivos. ¿Orgía de sangre? No. Masacre oficial, matanza del gobierno conservador. Los policías fueron a El Carmen por orden del gobernador Lucio Pabón Núñez, perdón, del doctor Pavor Núñez, el mismo preclaro sujeto que en 1953, como ministro de Gobierno, escribió en el discurso de posesión de Gurropín: “No más sangre, no más depredaciones en nombre de ningún partido político, no más rencillas entre hijos de la misma Colombia inmortal”. De Pavor Núñez no se espera ni la verdad ni el rigor histórico. De la UN sí. Con paroxismo frenético.

"¿ORGÍA?": COLUMNA DE ALBERTO DONADÍO EN EL ESPECTADOR DE BOGOTÁ

El camino de la paz siempre ha sido tortuoso en Colombia. En nombre de la legítima aspiración del pueblo a vivir en paz tantas tropelías se han cometido, que la Historia pareciera estrecha para reportarlas e interpretarlas. Ello no obsta para que perdamos la memoria y no llamemos las cosas por su nombre: La Violencia, el nefando periodo que corrió entre 1946 y 1957, aproximadamente, pudo dejar más de 300.000 muertos en el suelo patrio. ¿De dónde provino y cómo se originó este baño de sangre? ¿Quién alimentó y a quién o quiénes les aprovechó esta estúpida matanza entre colombianos? ¿Quiénes pusieron los muertos, sacrificaron vidas, familiares, amigos y... finalmente propiedades? ¿En nombre de qué o de quién? ¿Valió la pena este desangre? Ilustra al respecto una excelente columna de opinión que publica este sábado en El Espectador Alberto Donadío. La pueden consultar directamente en el siguiente link, o leerla en nuestro blog:

http://www.elespectador.com/columna-224552-orgia


Opinión| 15 Sep 2010 - 9:56 pm

Alberto Donadio

¿Orgía?

Por: Alberto Donadio
NO HAY "LUGARES DE MEMORIA Y de culto" para recordar La Violencia que se inició en 1946 y produjo cien mil, tal vez doscientos mil muertos, en el decenio siguiente.

Lo dice la publicación ilustrada 200 años de identidad, de la Universidad Nacional y de la revista Semana. Es una vergüenza. No hay un monumento, una placa, una calle para recordar el corte de franela.
Mucho bicentenario y nada se hizo para enmendar la omisión. La Violencia también es parte de la historia de estos 200 años. Pero crear “lugares de memoria” implica reabrir la herida y admitir sin ambages que La Violencia fue en buena parte violencia oficial, violencia de los agentes del gobierno contra ciudadanos inermes. Lo reconocen la UN y Semana cuando hablan de los escuadrones de la muerte creados con anuencia del gobierno y los jefes conservadores. Pero luego la publicación duda, porque describe La Violencia como “orgía de sangre”, “espiral de barbarie”, “paroxismo de muerte”. Con ese criterio, la historia de Suráfrica también sería otra orgía de sangre, porque el Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela apeló a actos sangrientos en la lucha contra el apartheid. Y Sudáfrica lo que vivió fue la opresión inhumana e infame de una mayoría negra por una minoría blanca.
Asombra que la UN pretenda ahora, tardía y subrepticiamente, absolver a los godos y nos diga que “guerrilleros, pájaros, bandidos y policías impartían su odio”, como si todos fueran iguales. No es lo mismo destilar odio para robar fincas, la violencia privada que también se dio en esos años, que usar las armas oficiales para aniquilar a la mayoría liberal. Hay un caso que ilustra, plenamente documentado. Octubre 22 de 1949, postrimerías del gobierno godo de Mariano Ospina Pérez. Sábado por la noche. En el centro de Cali, en un solar, funciona la Casa Liberal. Habla el representante Hernán Isaías Ibarra ante liberales desarmados. Llama a Laureano Gómez asesino. Con precisión profética. Con valor que lo enaltece. En ese instante unos matones entran disparando. Salen, luego entran policías uniformados, siguen disparando. Se retiran. Después entran soldados del ejército, siguen disparando. ¿Saldo de la orgía? Quince muertos, unos setenta heridos. Ese mismo sábado, a pocas cuadras de la Casa Liberal, se festeja el ascenso a general de Gustavo Rojas Pinilla, comandante de la Tercera Brigada. Gurropín informa por telegrama a Bogotá que los liberales armados con granadas y bombas explosivas habían atacado previamente la sede del detectivismo (precursor del DAS). Falso de toda falsedad. El médico Carlos Bonilla Aragón estuvo en la Casa Liberal, de puro curioso, se salvó de milagro y fue testigo del ataque a mansalva y sobre seguro. En la Casa Liberal nadie tenía armas.
Ejemplos como este hay muchos. También en el 49 entraron los policías chulavitas a El Carmen, municipio liberal, y obligaron a unos liberales desarmados a cavar una fosa y los enterraron vivos. ¿Orgía de sangre? No. Masacre oficial, matanza del gobierno conservador. Los policías fueron a El Carmen por orden del gobernador Lucio Pabón Núñez, perdón, del doctor Pavor Núñez, el mismo preclaro sujeto que en 1953, como ministro de Gobierno, escribió en el discurso de posesión de Gurropín: “No más sangre, no más depredaciones en nombre de ningún partido político, no más rencillas entre hijos de la misma Colombia inmortal”. De Pavor Núñez no se espera ni la verdad ni el rigor histórico. De la UN sí. Con paroxismo frenético.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

"AGONIZA LA DESCENTRALIZACIÓN": ARTÍCULO DE HORACIO SERPA EN EL NUEVO SIGLO

Seguimos con el debate por el proyecto que reglamentaría y en la práctica recortaría el manejo de las regalías a las entidades territoriales, al tiempo que dejaría su manejo en el Gobierno central. No sólo se recorta la autonomía, sino que también se disminuyen los recursos a los que se accede. Horacio Serpa Uribe, ex candidato presidencial por el Partido Liberal en dos oportunidades, hoy gobernador de Santander, escribió sobre este proyecto nefando para las regiones, en El Nuevo Siglo. Reproducimos su columna periodística, en primera instancia.
También reproducimos, con el crédito respectivo, columna de opinión escrita por el doctor Amylkar D. Acosta M., ex parlamentario, en El Nuevo Siglo en su edición de hoy, titulada "¿EQUIDAD O DESPOJO?".

http://elnuevosiglo.com.co/editoriales/opinion/142-horacio-serpa-uribe/13210-sos-agoniza-la-descentralizacion.html



SOS: agoniza la descentralización

Por HORACIO SERPA
LA  propuesta de reformar el sistema de regalías es el debate sobre la estructura del Estado, porque proyecta el avance  del desmonte de la descentralización de los recursos, que hace algunos años afectó las transferencias a los departamentos y municipios.No es cierto que los gobernadores y alcaldes nos estemos robando las regalías. Hubo casos, sin duda, y pueden existir otros. A la cárcel los corruptos, pero que no se generalice, ni se especule. Muestren sanciones, sentencias, inhabilidades. Hablen sobre casos concretos, con nombres y apellidos. Lo demás es humo para contaminar el debate.

Las regalías no son un regalo, sino una indemnización. Son muchos los perjuicios que reciben las regiones por la explotación de sus recursos naturales no renovables. Con sólo mencionar el medio ambiente es suficiente.

No es cierto que todo lo que produce la explotación de una mina o un yacimiento petrolero se queda en los municipios y departamentos. La Nación recibe billones de pesos por el impuesto a la renta que pagan las empresas productoras. En el caso del petróleo, Ecopetrol entrega al Fisco nacional billones de pesos a título de utilidades. Además, la Nación maneja  parte de las regalías en el Comité que funciona bajo la dirección del Departamento Nacional de Planeación.

En cada departamento, 85% de los ingresos por regalías se debe invertir en municipios no productores.
El 10% de las regalías de petróleo, además, se destina al río Magdalena, a través de la Corporación que creó la Constituyente para que vele por su desarrollo, asignación absolutamente justificada y necesaria.
El proyecto gubernamental desconoce un derecho de las localidades y las regiones, reconocido por la Constitución. Sería inequitativo en extremo. Máxime cuando las autoridades locales y regionales, buscando el bienestar de sus habitantes, han planeado el futuro con base en esa renta y comprometido parte de sus ingresos venideros. Eliminar  las regalías sería la debacle.
No se trata simplemente del debate sobre las regalías. La descentralización, tan menguada no obstante ser un mandato constitucional imperativo y estructural, está amenazada de muerte. Es de Perogrullo decir que si no hay transferencia de recursos, no hay descentralización.

Hace algún tiempo se le dio una mordida enorme a la participación de municipios y departamentos en los ingresos corrientes de la Nación. Ahora se pretende hacerlo con las regalías. Quién sabe qué vendrá mañana. Nada bueno. Volver al régimen centralista de la Constitución de 1886. Retroceso enorme.

El artículo primero de la Carta dice que “Colombia es un Estado Social de Derecho organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía en sus entidades territoriales”. ¿En qué quedaría ese mandato si el Congreso acoge la propuesta gubernamental? Francamente, en nada.

La reforma propuesta por el Gobierno es contraria a la Constitución, rompe su coherencia, lesiona la equidad y es un tributo al pasado. El Congreso, integrado por voceros de las regiones, sabio, serio, equitativo, tiene que impedir que en nombre de la equidad se decrete la muerte a la descentralización.
--

"¿EQUIDAD O DESPOJO?"


http://elnuevosiglo.com.co/editoriales/opinion/145-amylkar-acosta/13209-iequidad-o-despojo.html

¿Equidad o despojo?

Por AMYLKAR D. ACOSTA M.
SE  aduce por parte del Gobierno que la reforma que propone al régimen de regalías se funda en cuatro principios fundamentales, a saber: equidad regional, social e intergeneracional; ahorro para el futuro; competitividad regional y buen gobierno.

En todo caso, aunque el Proyecto de Acto Legislativo sólo contempla dos artículos, debieron tomarse 58 páginas en la exposición de motivos para tratar de demostrar sin éxito que son razones de equidad las que han movido al Gobierno a presentar semejante esperpento.

Ya se quejaba el ex ministro de Hacienda, Rudolf Hommes, en una de sus habituales columnas de prensa que algunas regiones del país “se benefician desproporcionadamente por un accidente geográfico o geológico: porque hay depósitos de minerales en su territorio que son propiedad de todos los colombianos, pero que usufructúan solamente los que tienen los yacimientos cerca”.

Claro, que otras regiones del país distintas a estas usufructúan de otros “accidentes geográficos” tales como la feracidad de sus tierras que han hecho de ellas verdaderos emporios agroindustriales, en otras su topografía ha hecho posible la construcción de enormes represas que alimentan complejos hidroeléctricos de la mayor importancia y así sucesivamente. Qué le vamos a hacer si los hallazgos de minerales e hidrocarburos son un premio que se recibe de la aleatoriedad propia de la lotería geológica, que es impredecible y caprichosa.

Es comprensible que cada una de las regiones trate de sacarles partida a sus ventajas comparativas producto de la dotación de la naturaleza, las cuales compensan en alguna medida sus otras carencias.
Será por aquello de la “maldición de los recursos naturales” que el mismo Hommes plantea que “Las entidades territoriales del área donde se ubican las minas deberían estar al final de la cola de beneficiarios y no de primeras”, es decir, en la cola de la cola (¡!), habrase visto? Como diría el poeta, estas son las razones de la sinrazón que mi corazón se resiste a entender.

Como bien dijo El Heraldo, “Los cambios no pueden darse en un marco de derrota brutal de las regiones a manos del poder central”. De modo que no sólo es dable consultar el interés del gobierno central, sino también el de las regiones que podrían salir lesionadas de prosperar la iniciativa gubernamental de cambiar el régimen de regalías.
www.amylkaracosta.net

"AGONIZA LA DESCENTRALIZACIÓN": ARTÍCULO DE HORACIO SERPA EN EL NUEVO SIGLO

Seguimos con el debate por el proyecto que reglamentaría y en la práctica recortaría el manejo de las regalías a las entidades territoriales, al tiempo que dejaría su manejo en el Gobierno central. No sólo se recorta la autonomía, sino que también se disminuyen los recursos a los que se accede. Horacio Serpa Uribe, ex candidato presidencial por el Partido Liberal en dos oportunidades, hoy gobernador de Santander, escribió sobre este proyecto nefando para las regiones, en El Nuevo Siglo. Reproducimos su columna periodística, en primera instancia.
También reproducimos, con el crédito respectivo, columna de opinión escrita por el doctor Amylkar D. Acosta M., ex parlamentario, en El Nuevo Siglo en su edición de hoy, titulada "¿EQUIDAD O DESPOJO?".

http://elnuevosiglo.com.co/editoriales/opinion/142-horacio-serpa-uribe/13210-sos-agoniza-la-descentralizacion.html



SOS: agoniza la descentralización

Por HORACIO SERPA
LA  propuesta de reformar el sistema de regalías es el debate sobre la estructura del Estado, porque proyecta el avance  del desmonte de la descentralización de los recursos, que hace algunos años afectó las transferencias a los departamentos y municipios.No es cierto que los gobernadores y alcaldes nos estemos robando las regalías. Hubo casos, sin duda, y pueden existir otros. A la cárcel los corruptos, pero que no se generalice, ni se especule. Muestren sanciones, sentencias, inhabilidades. Hablen sobre casos concretos, con nombres y apellidos. Lo demás es humo para contaminar el debate.

Las regalías no son un regalo, sino una indemnización. Son muchos los perjuicios que reciben las regiones por la explotación de sus recursos naturales no renovables. Con sólo mencionar el medio ambiente es suficiente.

No es cierto que todo lo que produce la explotación de una mina o un yacimiento petrolero se queda en los municipios y departamentos. La Nación recibe billones de pesos por el impuesto a la renta que pagan las empresas productoras. En el caso del petróleo, Ecopetrol entrega al Fisco nacional billones de pesos a título de utilidades. Además, la Nación maneja  parte de las regalías en el Comité que funciona bajo la dirección del Departamento Nacional de Planeación.

En cada departamento, 85% de los ingresos por regalías se debe invertir en municipios no productores.
El 10% de las regalías de petróleo, además, se destina al río Magdalena, a través de la Corporación que creó la Constituyente para que vele por su desarrollo, asignación absolutamente justificada y necesaria.
El proyecto gubernamental desconoce un derecho de las localidades y las regiones, reconocido por la Constitución. Sería inequitativo en extremo. Máxime cuando las autoridades locales y regionales, buscando el bienestar de sus habitantes, han planeado el futuro con base en esa renta y comprometido parte de sus ingresos venideros. Eliminar  las regalías sería la debacle.
No se trata simplemente del debate sobre las regalías. La descentralización, tan menguada no obstante ser un mandato constitucional imperativo y estructural, está amenazada de muerte. Es de Perogrullo decir que si no hay transferencia de recursos, no hay descentralización.

Hace algún tiempo se le dio una mordida enorme a la participación de municipios y departamentos en los ingresos corrientes de la Nación. Ahora se pretende hacerlo con las regalías. Quién sabe qué vendrá mañana. Nada bueno. Volver al régimen centralista de la Constitución de 1886. Retroceso enorme.

El artículo primero de la Carta dice que “Colombia es un Estado Social de Derecho organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía en sus entidades territoriales”. ¿En qué quedaría ese mandato si el Congreso acoge la propuesta gubernamental? Francamente, en nada.

La reforma propuesta por el Gobierno es contraria a la Constitución, rompe su coherencia, lesiona la equidad y es un tributo al pasado. El Congreso, integrado por voceros de las regiones, sabio, serio, equitativo, tiene que impedir que en nombre de la equidad se decrete la muerte a la descentralización.
--

"¿EQUIDAD O DESPOJO?"


http://elnuevosiglo.com.co/editoriales/opinion/145-amylkar-acosta/13209-iequidad-o-despojo.html

¿Equidad o despojo?

Por AMYLKAR D. ACOSTA M.
SE  aduce por parte del Gobierno que la reforma que propone al régimen de regalías se funda en cuatro principios fundamentales, a saber: equidad regional, social e intergeneracional; ahorro para el futuro; competitividad regional y buen gobierno.

En todo caso, aunque el Proyecto de Acto Legislativo sólo contempla dos artículos, debieron tomarse 58 páginas en la exposición de motivos para tratar de demostrar sin éxito que son razones de equidad las que han movido al Gobierno a presentar semejante esperpento.

Ya se quejaba el ex ministro de Hacienda, Rudolf Hommes, en una de sus habituales columnas de prensa que algunas regiones del país “se benefician desproporcionadamente por un accidente geográfico o geológico: porque hay depósitos de minerales en su territorio que son propiedad de todos los colombianos, pero que usufructúan solamente los que tienen los yacimientos cerca”.

Claro, que otras regiones del país distintas a estas usufructúan de otros “accidentes geográficos” tales como la feracidad de sus tierras que han hecho de ellas verdaderos emporios agroindustriales, en otras su topografía ha hecho posible la construcción de enormes represas que alimentan complejos hidroeléctricos de la mayor importancia y así sucesivamente. Qué le vamos a hacer si los hallazgos de minerales e hidrocarburos son un premio que se recibe de la aleatoriedad propia de la lotería geológica, que es impredecible y caprichosa.

Es comprensible que cada una de las regiones trate de sacarles partida a sus ventajas comparativas producto de la dotación de la naturaleza, las cuales compensan en alguna medida sus otras carencias.
Será por aquello de la “maldición de los recursos naturales” que el mismo Hommes plantea que “Las entidades territoriales del área donde se ubican las minas deberían estar al final de la cola de beneficiarios y no de primeras”, es decir, en la cola de la cola (¡!), habrase visto? Como diría el poeta, estas son las razones de la sinrazón que mi corazón se resiste a entender.

Como bien dijo El Heraldo, “Los cambios no pueden darse en un marco de derrota brutal de las regiones a manos del poder central”. De modo que no sólo es dable consultar el interés del gobierno central, sino también el de las regiones que podrían salir lesionadas de prosperar la iniciativa gubernamental de cambiar el régimen de regalías.
www.amylkaracosta.net

martes, 14 de septiembre de 2010

SOBRE LAS REGALÍAS: "SE GESTAN NUEVOS RAPONAZOS". COLUMNA DE ALEJANDRO CIFUENTES SÁNCHEZ EN EL MUNDO

El debate sobre las regalías se adelanta en el Congreso de la República y entre la opinión publica, a raíz del proyecto de ley que las reglamenta y las recorta, a iniciativa del Gobierno central. La nueva normatividad les quitaría manejo a las entidades territoriales y centralizaría las prioridades de inversión de acuerdo con el criterio del Ejecutivo. La propuesta sacrifica la autonomía territorial y es un atentado contra la descentralización administrativa. Publicamos este artículo de prensa, ilustrativo sobre este raponazo a las administraciones locales y que en un futuro muy cercano perjudicaría a Ituango, dada su condición de municipio receptor de regalías una vez entre a funcionar la represa de Pescadero.

http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1863&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%F3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%F3n&idnoticia=159527&imagen=051025121035alejocifuentes.jpg&vl=1&r=opinion.php




Opinión libre
Se gestan nuevos raponazos
Alejandro Cifuentes Sanchez
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Seguimiento de la noticia
La Constitución Política de 1991, tal vez la única del país que resultó de un consenso político y, por tanto, la que podía asegurar una mejor democracia, parece que en las altas esferas del poder tiene numerosos enemigos que, poco a poco, la han venido desvirtuando, especialmente en lo que se refiere a los Derechos Fundamentales (Título 1, Artículos 1 al 10) y a la Autonomía Regional en la que, pasados 20 años, ni siquiera tiene Ley Orgánica que defina el ordenamiento territorial (Art. 288). Ahora, en los inicios de un nuevo periodo presidencial, parece que se intentará una nueva arremetida contra esa CP: están en la picota pública la Tutela y la distribución regional de Regalías por explotación de recursos naturales no renovables.
Para la Tutela, se aduce “el abuso que se está haciendo del recurso que tiene congestionado el sistema de justicia del país”. Sin desconocer los casos extremos, bien vale preguntar si en realidad existe el tal abuso o, por el contrario, lo que hay es un desconocimiento sistemático y generalizado de los derechos fundamentales, especialmente en salud –ése sí un abuso contra el país nacional–. Entonces, como la gente ha aprendido a reclamar, hay muchos reclamos vía tutela (único recurso disponible) que, desde luego, congestionan el atiborrado y agotado aparato judicial del país, con un agravante real: falta de voluntad política para satisfacer esos derechos. Entonces, la vía fácil: recortemos la norma que los favorece; hablando claro, amputar la mano para que el paciente no se queje de uñeros.

En lo de la Regalías: la CP (Arts. 360 y 361) consagra el derecho de las regiones a participar de las rentas producidas por la explotación de los recursos naturales no renovables del país, y la creación de un fondo para repartir parte de ellas entre las regiones que no tienen esos recursos. Ahora, a semejanza de lo que se hizo con las Transferencias, se propone despojar a municipios y departamentos de los recursos que les otorgan la Constitución y la Ley. Recordemos que, en el caso de las Transferencias, con una enorme campaña publicitaria –por todos los medios posibles se buscó convencernos de que, tratándose de recursos para salud y educación, dos menos uno igual tres (2 – 1 = 3)– y el pupitrazo de la bancada uribista, se despojó a departamentos y municipios de parte de las rentas que la nación debía transferirles. Ahora, que se pronostica bonanza en el sector minero, el turno es para las Regalías. Se promocionan buenos propósitos de todo tipo–mayor equidad, más solidaridad interregional e intergeneracional, supuesto ahorro para el tiempo de las vacas flacas, etc.– y se magnifican las pérdidas por corrupción regional –como si a nivel nacional fuera diferente–. Desde luego, el cáncer de la corrupción también hace su agosto en las rentas municipales y departamentales –regalías, recursos de la salud, recursos de la educación, rentas propias– pero, curiosamente, sobre esos dineros hay control de la nación –que pasa de agache– y, sospechosamente, muchos de ellos caen finalmente en fondos de reconocidos grupos económicos y financieros.

Por último, algunos interrogantes: si hay control nacional –interventorías, auditorías, contralorías, fiscalías– ¿por qué no hay verdadero control y la culpabilidad recae sólo en las regiones? ¿Será menor la corrupción a nivel nacional? ¿Se requiere una reforma constitucional cuando es la ley la que autoriza cuánto y cómo se reparte? ¿Por qué el Fiscal prende el escándalo mediático pero no acude al Congreso a responder? Con facilidad se puede deducir que el gobierno nacional quiere despojar a las regiones de los recursos que les son absolutamente necesarias para su descentralización y poderlos utilizar a su amaño y necesidades –déficit fiscal, servicio de la deuda externa, grandes proyectos nacionales en los que las mordidas son mayores– sin control alguno ya que “esos recursos estarán por fuera del Presupuesto Nacional”. Todo, para acrecentar el centralismo.

SOBRE LAS REGALÍAS: "SE GESTAN NUEVOS RAPONAZOS". COLUMNA DE ALEJANDRO CIFUENTES SÁNCHEZ EN EL MUNDO

El debate sobre las regalías se adelanta en el Congreso de la República y entre la opinión publica, a raíz del proyecto de ley que las reglamenta y las recorta, a iniciativa del Gobierno central. La nueva normatividad les quitaría manejo a las entidades territoriales y centralizaría las prioridades de inversión de acuerdo con el criterio del Ejecutivo. La propuesta sacrifica la autonomía territorial y es un atentado contra la descentralización administrativa. Publicamos este artículo de prensa, ilustrativo sobre este raponazo a las administraciones locales y que en un futuro muy cercano perjudicaría a Ituango, dada su condición de municipio receptor de regalías una vez entre a funcionar la represa de Pescadero.

http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1863&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%F3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%F3n&idnoticia=159527&imagen=051025121035alejocifuentes.jpg&vl=1&r=opinion.php




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La Constitución Política de 1991, tal vez la única del país que resultó de un consenso político y, por tanto, la que podía asegurar una mejor democracia, parece que en las altas esferas del poder tiene numerosos enemigos que, poco a poco, la han venido desvirtuando, especialmente en lo que se refiere a los Derechos Fundamentales (Título 1, Artículos 1 al 10) y a la Autonomía Regional en la que, pasados 20 años, ni siquiera tiene Ley Orgánica que defina el ordenamiento territorial (Art. 288). Ahora, en los inicios de un nuevo periodo presidencial, parece que se intentará una nueva arremetida contra esa CP: están en la picota pública la Tutela y la distribución regional de Regalías por explotación de recursos naturales no renovables.
Para la Tutela, se aduce “el abuso que se está haciendo del recurso que tiene congestionado el sistema de justicia del país”. Sin desconocer los casos extremos, bien vale preguntar si en realidad existe el tal abuso o, por el contrario, lo que hay es un desconocimiento sistemático y generalizado de los derechos fundamentales, especialmente en salud –ése sí un abuso contra el país nacional–. Entonces, como la gente ha aprendido a reclamar, hay muchos reclamos vía tutela (único recurso disponible) que, desde luego, congestionan el atiborrado y agotado aparato judicial del país, con un agravante real: falta de voluntad política para satisfacer esos derechos. Entonces, la vía fácil: recortemos la norma que los favorece; hablando claro, amputar la mano para que el paciente no se queje de uñeros.

En lo de la Regalías: la CP (Arts. 360 y 361) consagra el derecho de las regiones a participar de las rentas producidas por la explotación de los recursos naturales no renovables del país, y la creación de un fondo para repartir parte de ellas entre las regiones que no tienen esos recursos. Ahora, a semejanza de lo que se hizo con las Transferencias, se propone despojar a municipios y departamentos de los recursos que les otorgan la Constitución y la Ley. Recordemos que, en el caso de las Transferencias, con una enorme campaña publicitaria –por todos los medios posibles se buscó convencernos de que, tratándose de recursos para salud y educación, dos menos uno igual tres (2 – 1 = 3)– y el pupitrazo de la bancada uribista, se despojó a departamentos y municipios de parte de las rentas que la nación debía transferirles. Ahora, que se pronostica bonanza en el sector minero, el turno es para las Regalías. Se promocionan buenos propósitos de todo tipo–mayor equidad, más solidaridad interregional e intergeneracional, supuesto ahorro para el tiempo de las vacas flacas, etc.– y se magnifican las pérdidas por corrupción regional –como si a nivel nacional fuera diferente–. Desde luego, el cáncer de la corrupción también hace su agosto en las rentas municipales y departamentales –regalías, recursos de la salud, recursos de la educación, rentas propias– pero, curiosamente, sobre esos dineros hay control de la nación –que pasa de agache– y, sospechosamente, muchos de ellos caen finalmente en fondos de reconocidos grupos económicos y financieros.

Por último, algunos interrogantes: si hay control nacional –interventorías, auditorías, contralorías, fiscalías– ¿por qué no hay verdadero control y la culpabilidad recae sólo en las regiones? ¿Será menor la corrupción a nivel nacional? ¿Se requiere una reforma constitucional cuando es la ley la que autoriza cuánto y cómo se reparte? ¿Por qué el Fiscal prende el escándalo mediático pero no acude al Congreso a responder? Con facilidad se puede deducir que el gobierno nacional quiere despojar a las regiones de los recursos que les son absolutamente necesarias para su descentralización y poderlos utilizar a su amaño y necesidades –déficit fiscal, servicio de la deuda externa, grandes proyectos nacionales en los que las mordidas son mayores– sin control alguno ya que “esos recursos estarán por fuera del Presupuesto Nacional”. Todo, para acrecentar el centralismo.

sábado, 11 de septiembre de 2010

OTTO MORALES Y SU HOMENAJE A HERNANDO AGUDELO VILLA: SEGUNDA PARTE, COLUMNA DE OPINIÓN EN EL MUNDO

Son varios los artículos de prensa que se han publicado con ocasión de la muerte del patricio liberal HERNANDO AGUDELO VILLA, un hombre de grandes cualidades, un demócrata integral. El doctor Otto Morales Benítez ha publicado varias columnas de opinión en El Mundo para exaltar su memoria. La columna que reproducimos se suma a otras varias y es la segunda parte de su panegírico sentido.

http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1845&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%C3%B3n&idnoticia=157878&imagen=091203081209otto.jpg&vl=1&r=opinion.php




El pensador liberal Agudelo Villa (2)
Otto Morales
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El Ministerio de Hacienda de Agudelo Villa, fue un momento excepcional en la vida colombiana. Hay que refrescar la memoria de nuestros conciudadanos. El Presidente Alberto Lleras en su primer mensaje, le advirtió al país que lo que encontró el Frente Nacional, fue una “falta total de concepto administrativo de la dictadura…el malbaratamiento de las divisas extranjeras y la deuda en dólares que dejó la dictadura del general Gustavo Rojas Pinilla”. El Presidente señaló el medio vergonzoso que vivió el país: “Ese caos no ha sido producto de la improvisación y la ignorante fantasía, sino, en pocos casos, un sistema doloroso para que escapara del control gran parte de la acción administrativa y precisamente aquella en donde màs negocios ilícitos y màs derroche y extravagancia se produjo, con consecuencias muy graves que estamos pagando o debiendo.
Las grandes compras sin licitación y los contratos fabulosos y antitécnicos, las troneras por donde se despilfarraron los dólares del café a noventa centavos, hasta producir la ruina del país, están precisamente en esa serie de agencias que la dictadura fue descentralizando para ponerlas en manos de validos, favoritos y servidores complacientes. Hay que volver a los principios democráticos del control de los gastos, de la vigilancia de las compras, de la inversión pública, y conocida de los dineros del constituyente, de la planificación y orden en las empresas estatales”.

Este desorden administrativo era el que tenía que administrar – Agudelo Villa - volviendo lo fiscal al orden y la vigilancia democrática – en el Ministerio de Hacienda. Lo logró con medidas sabias, prudentes, sin demagogia. Hay que recordar que “ésta administración se inauguró bajo el signo de una honda y peligrosa crisis económica…por el desorden y la multitud de compromisos adquiridos en forma contractual por el régimen dictatorial, que han comenzado a hacerse exigibles ahora; el caos presupuestal, que se ha puesto de presente cuando el superávit de la vigencia anterior calculado en ciento dieciocho (118) millones de pesos quedó reducido a dieciocho (18) millones al corregir errores contables del balance nacional por cien (100) millones de pesos…”

Pero el Frente Nacional no podía detenerse y tenía que dar respuestas a su pueblo esperanzado. Agudelo Villa, con una brillantísima gestión, contribuyó a que ello sucediera.

Pero, además, Agudelo Villa impulsó, la industrialización, en forma eficaz, en ese momento tan agobiante en lo fiscal. Buscó que los Bancos tomaran de sus depósitos el dinero para prestar a intereses bajos a los campesinos. Se necesitaba producir alimentos y que, a la vez, se abrieran vías para que los productos pudieran llegar a precios fáciles para el pueblo, a los mercados. Sostuvo con claridad – contra sectores económicos que rechazaban – que era necesario armonizar las políticas monetarias, fiscales y salariales. Lo último lo rechazaban sectores de la derecha.

Logró algo de una importancia excepcional: hacer aprobar La Ley 155 para impedir los monopolios. Era poner en vigencia un principio liberal. En el primer programa del liberalismo, el de Ezequiel Rojas, se consagra la tesis de que ellos son inadmisibles. Agudelo Villa recordaba que el estadista Uribe Uribe, en el Congreso de la Dictadura de la Regeneración, - siendo él único representante por el país, a pesar del partido ser mayoría en la nación a fines del siglo XIX, - libró la lucha contra los monopolios de los “rematadores de rentas”.

Agudelo Villa repetía que era sólo seguir la historia del liberalismo. La ley tan eficaz, la han ido abandonando los nuevos gobiernos.

El Dictador Rojas declaró una devaluación y, otra, la Junta Militar. El Frente Nacional tuvo que enfrentar ésta situación que apuntaba a que se viviera un ciclo inflacionario. Agudelo Villa, con su visión social del daño que sufrirían las clases marginadas, luchó hasta evitarlo. Era el resultado de la eficacia de su preparación de economista; su sentido social de los deberes del estado; su conducta moral de pensador liberal.