jueves, 27 de mayo de 2010

MI VOTO POR PARDO, COLUMNA EN EL PAÍS DE CALI

Zona franca. Por: Jorge Restrepo Potes
Mi voto por Pardo
Mayo 27 de 2010
Rafael Pardo Rueda es, de lejos, el mejor candidato presidencial para las elecciones que se cumplirán el próximo domingo, porque él es un auténtico hombre de Estado que, como se ha dicho en frase que es lugar común, le cabe el país en la cabeza.

El Partido Liberal es un sobreviviente de la era Uribe pues el Presidente puso todo su empeño en liquidarlo, algo parecido a lo que propuso en su hora Álvaro Gómez Hurtado, que había que acabar con ese PRI colombiano, comparando el nuestro con el Partido Revolucionario Institucional que gobernó a México 70 años ininterrumpidamente, hasta que Vicente Fox lo derrotó en el 2000. Uribe no vaciló en adoptar la idea de Gómez y puso a favor de esa estrategia perversa todo el peso de su poder.

Con ofrecimientos burocráticos instó a algunas personas de su entorno a crear movimientos políticos desprendidos del liberalismo. Todos los actuales miembros de la ‘U’ fueron liberales. Todos los actuales miembros de Cambio Radical fueron liberales. En esos nuevos partidos no hay conservadores ni comunistas ni polistas: todos eran rojos.

Juzgo que es una verdadera hazaña que el Partido Liberal aún esté vivo. Desde luego esa supervivencia se debe en gran parte a las ejecutorias del ex presidente César Gaviria, quien tomó una colectividad desvertebrada e hizo de ella un ente coherente que ha sido capaz de mantener incólume su bancada parlamentaria que en la última elección logró convertirse en la segunda de Cámara y Senado.

Hacer oposición a un líder con tanta fuerza como Uribe no resultó tarea fácil pues el Presidente vendió la tesis de que todo el que se le opusiera era enemigo de la patria, que él encarnaba. Sin embargo, los liberales en el Congreso y fuera de ese recinto mantuvimos una erguida posición que impidió que el Partido resultara aniquilado por la derecha que puso en marcha el jefe del Estado.

Las encuestas no dejan duda alguna de que en esta oportunidad el liberalismo tampoco alcanzará el poder. Pero es obligación de quienes somos liberales acompañar al candidato para que en las urnas aparezca por lo menos un número igual de sufragios a los que hubo en los comicios del 14 de marzo en que obtuvimos casi dos millones de votos.

Con una suma considerable de votos el Partido continuará siendo fuerza respetable y con influencia en la segunda vuelta, si la hay. Y, de no haberla, sería una colectividad imposible de desconocer por quien llegue a la Presidencia, no para darle puestos sino para concertar la agenda legislativa para la cual necesita de la bancada liberal del Congreso que se instalará el 20 de julio.

Quiero rendir testimonio de admiración a Rafael Pardo, quien sabiendo de la desventaja en la que actuaba ha hecho una campaña altiva, constructiva e incluyente. Los vientos no le fueron favorables, pero en el recuerdo de los liberales quedará por siempre la imagen de una persona seria, competente, sin esguinces, sin inclinaciones a la doblez, en una palabra de un gran ciudadano que merece ser presidente de los colombianos.

Yo, que no me muevo por encuestas, votaré a Pardo el domingo. Con orgullo de liberal y con complacencia de colombiano. Y con la pena que de mi país se prive de un excelente presidente.

Si hay sensatez en el Partido Liberal, debe convocarse pronto un amplio congreso para ratificar la jefatura de Pardo, pues terminado el embeleco uribista, las ideas de democracia y de igualdad resurgirán y para eso se necesitan líderes como Rafael Pardo.

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