sábado, 11 de septiembre de 2010

EL DEBATE SOBRE EL PROYECTO DE RELECCIÓN DE ALCALDES Y GOBERNADORES

Contribuimos con nuestro aporte a los debates de actualidad en el país. Ahora se presenta de nuevo un viejo proyecto que busca establecer la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores. Una iniciativa que despierta amplia polémica y que empieza a tramitarse en el Congreso de la República.
Los contra y los pro de esta propuesta son tema de debate. Nos permitimos reproducir, dando el respectivo crédito, una columna de opinión publicada en el diario El Tiempo de Bogotá el viernes 10 de septiembre: "Tomarse en serio un chiste malo". Se advierte sobre las negativas consecuencias que traería la aprobación de esta iniciativa, que debería hundirse de una buena vez en el legislativo. El artículo lo pueden consultar directamente en el siguiente link:

http://www.eltiempo.com/opinion/columnistas/eduardoposadacarb/tomarse-en-serio-un-chiste-malo_7899493-1

O leerlo en nuestro blog:


Eduardo Posada Carbó

"Tomarse en serio un chiste malo



En otras circunstancias, la noticia habría sido apenas un mal chiste. Pero el proyecto de reforma constitucional para la reelección consecutiva de alcaldes y gobernadores, reanimado por el ministro del Interior, Germán Vargas Lleras, no es solo un chiste malo. Es una pésima iniciativa, de pobre fundamentación y, además, inoportuna. Sería un grave error que el debate público lo ignorara.
"No es posible ya esgrimir argumento alguno en contra de la natural y lógica prolongación" del "principio" de la reelección de gobernadores y alcaldes, dice la exposición de motivos del proyecto. ¿No? Los argumentos contra la reelección consecutiva abundan, con sólidas raíces intelectuales en el pensamiento liberal y republicano. Reforzados en Latinoamérica por amargas experiencias históricas. Sin embargo, quienes defienden la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores niegan la existencia de tales argumentos. Extraña forma de abrir el debate.
Para comenzar la discusión, debe insistirse en la necesidad de tener muy en cuenta todos los males que acarrea, por principio, cualquier reelección. En sí misma, la reelección consecutiva es un incentivo para el abuso del poder, la perpetuación en el mando, el anquilosamiento de la administración pública, la corrupción... El punto de partida debe ser por ello la desconfianza hacia la institución reelectoral, en vez de tratársela como un dogma bondadoso.
El que nuestro sistema haya adoptado la reelección consecutiva para el nivel presidencial no significa que su "prolongación" a los niveles departamentales y municipales sea "natural y lógica". No hay nada "natural" en el diseño de las instituciones. La política nacional no sigue siempre la misma lógica de las políticas locales. Más aún, es posible argumentar que las reelecciones de alcaldes y gobernadores representan mayores males que las reelecciones presidenciales.
Sobre los presidentes hay muchos más controles que sobre las autoridades locales, como lo sugirió Semana. La visibilidad de los primeros mandatarios -focos de atención del debate de opinión pública nacional- no encuentra paralelos entre los gobernantes locales, menos aún en municipios pequeños. Donde los recursos son pobres o están controlados por un puñado de personas, la reelección consecutiva sería otro incentivo para la consolidación de gamonalatos y clientelismos. Según el Ministro del Interior, el proyecto fortalecería la descentralización. No. Fortalecería sí la "feudalización" del poder, un problema histórico en muchas regiones colombianas.
La exposición de motivos del proyecto reconoce que la ocurrencia de gobernantes locales "prestigiosos, honestos y exitosos" se da en circunstancias excepcionales. Si tal es el caso, con mayores razones la preocupación prioritaria del legislador debería ser la de asegurar la rotación en el poder, en vez de crear incentivos para perpetuar eventualmente al mal gobierno. Y no es cierto que, bajo el sistema existente, los mandatarios no tengan posibilidades de ejecutar transformaciones de importancia. Obsérvese lo logrado en administraciones pasadas en Bogotá y Medellín, sin necesidad de reelecciones consecutivas. En efecto, el sistema que existe hoy para los gobiernos locales -que permite la reelección tras el descanso de un período, como había sido la tradición desde 1832, con excepciones- es mucho más sabio que el existente para la Presidencia desde el 2004.
Dice el Ministro del Interior que la prohibición actual de la reelección consecutiva de alcaldes y gobernadores "no se aviene con el interés general, el principio democrático y la conveniencia administrativa". Nada de esto se prueba en la exposición de motivos. Puede probarse lo contrario: que el proyecto atenta contra el interés general, debilitaría la democracia y entorpecería el desarrollo de gobernaciones y municipios. Se insiste por decimoséptima vez en la iniciativa, un mal chiste que hay que tomarse en serio". 

Eduardo Posada Carbó

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