John de Jesús Sucerquia Adarve, candidato a la Alcaldía de Ituango por el Partido Liberal Colombiano.
UNA PROYECCIÓN AL FUTURO
El Ituango que recibiremos a partir del 1º de enero con el apoyo de nuestros conciudadanos en las urnas, es un pueblo que infinitas posibilidades.
Al tradicional empuje y emprendimiento de nuestras gentes, se suman las potencialidades que la Naturaleza nos ofrece generosa.
Nuestra región, abrupta, montañosa, de una belleza abigarrada en el variado paisaje que nos circunda, no sólo permite la fertilidad de los suelos con las posibilidades que la agricultura y el pastoreo de ganado brinda, sino que hoy ofrece una potencialidad nueva, cual es el aprovechamiento de las aguas que recorren nuestro suelo en la generación de energía.
Estamos, apreciados paisanos de Ituango, frente a un momento de particular importancia en toda nuestra historia: A partir del año 2018 veremos cómo comienza a funcionar la represa Pescadero Ituango a través de la gestión de la recién creada EPM-Ituango.
Desde ya vemos cuánto ha cambiado el paisaje de la zona: inversiones inéditas, como el mejoramiento sustancial de la vía principal que conduce de Ituango a Medellín, reparcheo en regiones y veredas que habían abandonado cualquier ilusión de contar con luz eléctrica, la llegada de ciudadanos de otros lugares del país que buscan en nuestro municipios nuevas alternativas para sus vidas.
Con toda seguridad, Ituango no es el mismo desde cuando se viabilizó la construcción de la hidroeléctrica y dichos cambios modificarán significativamente nuestra percepción, nuestro desarrollo y la tarea del progreso que nos involucra para buscar y conquistar condiciones dignas de existencia para quienes aquí vivimos y soñamos.
Tenemos entonces que debemos proyectar desde ya el futuro. Cómo nos alistaremos para recibir la hidroeléctrica, que ya es una realidad, aprovechar para bien las potencialidades que abre, mitigar los impactos negativos que con toda seguridad también trae.
Desde ya, desde el presente, construimos la senda por la cual nos dirigimos. El momento es este, no es otro y no podemos darnos el lujo de aplazar las acciones que exige la realidad histórica que vivimos.
Nosotros, como ituanguinos, podemos asumir dos actitudes:
-Quedarnos tranquilos, sin inmutarnos ante los sucesos que ya se desarrollan con fuerza en nuestras montañas, y dejar que todo pase, que las decisiones las tomen otros, que sean otros sectores, otros municipios, otras organizaciones sociales, las que asuman los retos que tenemos al frente. Con seguridad, habrá quién o quiénes acepten el desafío. Nosotros, mientras tanto, nos quedaremos a la vera del camino viendo con pasividad cómo deciden por nosotros.
-O tomar la decisión de ser protagonistas de nuestro destino y entonces organizarnos, fortalecer las organizaciones de la sociedad civil ituanguina, reunir y convocar a nuestros paisanos alrededor de objetivos comunes, luchar por la recuperación de la memoria histórica para que nuestra identidad no se pierda en la diversidad de quienes llegan, fortalecer lo que somos como ituanguinos e involucrar en ese proyecto a los nuevos ciudadanos para que su presencia nos enriquezca, trazar procedimientos de gestión que sean alentados por la transparencia en la ejecución de las políticas públicas, incentivar la formación de veedurías ciudadanas que garanticen el necesario control social que exige la función pública.
Esas entre muchas tareas. Nosotros ya tomamos una decisión y es que queremos y seremos protagonistas de nuestro destino. Por eso hablamos de construir futuro, de trabajar con una visión de mediano y largo plazo, sin dejar de lado las tareas urgentes del momento, del presente que también nos involucra.
Miramos el pasado, vemos las gestas y sacrificios de los que nos precedieron, de nuestros fundadores, de patriarcas que nos alentaron con su trabajo honrado, responsable y honesto. Trabajamos un presente que tiende a la gestión transparente, capacitada y honesta, y proyectamos el futuro que tendrá que ser mejor para todos.
Tenemos entonces un gran reto, un gran desafío: cómo apropiar para todos los ituanguinos los beneficios que la hidroeléctrica plantea y cómo enfrentar y mitigar los impactos negativos que conlleva.
Eso no podremos lograrlo si no nos organizamos, si no trabajamos desde ya, con urgencia, en la consolidación de las organizaciones que en conjunto con la Administración, trabajarán armónicamente para que toda esta inversión redunde en beneficios para nuestra gran comunidad ituanguina.
Debemos conocer el quéhacer, los retos, las posibilidades. Tenemos que ser creativos y con decisión asumir los compromisos que nos permitirán ser protagonistas directos, no sólo desde el municipio como tal, sino con proyección a la región de la rivera del río Cauca y a los demás distritos que involucra la hidroeléctrica. Y todas esas tareas, no dejan tiempo para un después, deben asumirse ya. Nosotros estamos preparados para ello, para liderar esta labor que es de todos los ituanguinos.
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