miércoles, 25 de agosto de 2010

EL PENSADOR LIBERAL AGUDELO VILLA: COLUMNA DE OPINIÓN DE OTTO MORALES EN EL MUNDO

http://www.elmundo.com/sitio/noticia_detalle.php?idedicion=1837&idcuerpo=1&dscuerpo=Secci%C3%B3n%20A&idseccion=3&dsseccion=Opini%C3%B3n&idnoticia=157246&imagen=091203081209otto.jpg&vl=1&r=opinion.php


Atisbos desde "El Refugio"
El pensador liberal Agudelo Villa

Otto Morales
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(Suspendo, momentáneamente, mis columnas “El liberalismo y su porvenir”. Las continuaré luego.) Hoy quiero destacar el sentimiento nacional de orfandad doctrinaria que sufre el liberalismo con la desaparición del pensador Hernando Agudelo Villa. Es uno de los antioqueños de más brillante trayectoria en el pensamiento nacional.
Coincidimos en nuestros estudios profesionales. El, en la Universidad de Antioquia. Yo, en la Bolivariana. Pero estábamos en la misma línea de lucha. Era la época extraordinaria de los amplios y fecundos cambios de la Revolución en Marcha. Era la plenitud de la República Liberal. Los màs destacados hombres de cultura impulsaban los cambios trascendentales. En esa época, aprendimos que política no se puede hacer sino con una bien cimentada formación intelectual. De resto, se es un electorero que no aporta nada a la transformación del país.

Estudiábamos con pasión. Nos crecía el alma revolucionaria. Estábamos comprometidos con los sueños sociales. No admitíamos cobardías mentales. Éramos beligerantes en las avanzadas universitarias.

Después, Agudelo Villa en su Antioquia, la grande, cumplió con los deberes de un buen dirigente. Llegó al Parlamento a integrar lo que Lleras Restrepo, llamó la “Generación de 1947”. La labor que él cumplió en la Comisión Tercera, de problemas económicos y sociales, fue la de un Maestro en el examen de las urgencias nacionales. Cuando intervenía oralmente o en sus ponencias, aparecía el hombre de estudio, muy cercano a las necesidades de cambio que demandaba el país. Vino el “golpe de estado” de Ospina Pérez cuando cerró el Parlamento. La Violencia en el afán de liquidar la mayoría liberal, crecía en oleadas dramáticas en los pueblos de Colombia. Ella se acentuaba contra los profesionales de nuestro partido: abogados, médicos, ingenieros, arquitectos, etc. El Ex –Presidente Alfonso López Pumarejo escribió un mensaje para denunciar cómo a las industrias de propietarios liberales, o con miembros liberales en sus Juntas Directivas, no recibían licencias de importación y se bloqueaban sus posibilidades de comercio exterior. Se fue destruyendo el Estado de Derecho. La Constitución de 1886, se convierte en un solo articulo – el 121 – el del Estado de Sitio.

Luego, como consecuencia natural del desorden que vive el país, aparece la Dictadura de un Militar. Agudelo Villa no claudicó. Estuvo en la línea de lucha: organizando el partido; haciendo reuniones para explicar la política; recorriendo el departamento para mantener viva la esperanza liberal, Mientras tanto, unos intelectuales – doblados de políticos - cedían y se ponían al servicio del Dictador. El pueblo los llamó “lentejos”.

Cuando Alberto Lleras con el liberalismo, adelantó la política del “entendimiento” con el conservatismo – para que volviera a regir la Constitución, abolida por el autoritarismo y alcanzar la paz. Estos dos propósitos se lograron. Después volvió a levantarse La Violencia - que estaba eliminada – cuando Álvaro Gómez Hurtado y su grupo predicaron que había “republicas independientes”, sin existir. La consecuencia, fue que se volvieran a aglutinar fuerzas que estaban dispersas.

Agudelo Villa había sido elegido Presidente de Fenalco. No estuvo ausente de los movimientos de esos días. “El Tiempo” lo cerró el Dictador. Alberto Lleras fue el orador en un Banquete multitudinario que se le ofreció a Eduardo Santos. En París se le brindó otro por la intelectualidad internacional y el orador fue Albert Cammus. La oración de Lleras en el Hotel Tequendama es una pieza que se debe escuchar para aprender cuál es la dignidad nacional; la libertad de pensamiento y las orientaciones que recibe un estado cuando hay democracia. En esos momentos Agudelo Villa estaba en plena beligerancia. Cuando la Huelga General de Universidades, industriales, comerciantes, bancos, sindicatos, entre los orientadores de ese espectáculo de solidaridad en lucha por la libertad, Agudelo Villa tuvo singular acción.

Tenía la reciedumbre del combatiente. Fue ejemplar su conducta. La generación nuestra – la de Agudelo y la nuestra – estuvo al lado del gran líder Alberto Lleras contra la Dictadura. A mi me nombró Lleras para ser el Secretario General del liberalismo en la lucha contra la Dictadura. Es para mí, un timbre de orgullo democrático. Agudelo Villa dirigía, con orgullo y la explicación de grandes temas, el liberalismo antioqueño. De allí pasa el Ministerio de Hacienda. Fue un momento culminante en la aplicación de sus tesis económicas.

Lo primero que hizo evidente en sus planteamientos, era la necesidad de que el liberalismo tomara, en la dirección de los actos del gobierno, la política del intervencionismo de estado. Era renovar así los principios que expandió el conductor Rafael Uribe Uribe – otro antioqueño – cuando, en 1904 pronunció su conferencia celebérrima sobre el socialismo. Agudelo Villa fue el abanderado del cambio social en el país. El Frente Nacional, desde lo económico y lo social, no se había concebido para gentes satisfechas. Lo que buscaba Agudelo Villa con sus medidas administrativas, era llegar a una economía popular. Estaba en la línea del liberalismo social, al servicio de los pobres.

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