domingo, 22 de agosto de 2010

LOS DILEMAS DE ANÍBAL: COLUMNA DE RAMÓN ELEJALDE EN EL MUNDO

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Los dilemas de Aníbal
Ramón Elejalde Arbelaez
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Aníbal Gaviria, excelente administrador y una de las pocas esperanzas liberales para el futuro inmediato, debe tener a esta hora resuelta su encrucijada en el alma y definidos los próximos pasos en su exitosa vida pública.

Algunos de sus amigos creen que el futuro de Aníbal Gaviria está en el campo nacional y que por lo tanto ya trascendió lo regional y que debe continuar en la difícil brega de conquistar los quereres bogotanos. Otros, por el contrario, consideran que el ex gobernador debe continuar prestándole un servicio a su región y que es aquí donde se le necesita. Ese es el primer dilema que creemos ya resolvió Gaviria, pero no es el único.

La otra encrucijada la origina la factibilidad de continuar la lucha política en la región, porque Gaviria tiene posibilidades de aspirar bien a la Gobernación de Antioquia o bien a la Alcaldía de Medellín. Si busca repetir en el primer cargo departamental, desde ya tiene petición de cerca de 45 ex alcaldes que están aspirando a repetir mandato y con los cuales hizo una excelente gestión administrativa reconocida así por tirios y troyanos, toda vez que fue seleccionado como el mejor gobernador del período pasado. Además, una veintena de aspirantes derrotados en las pasadas elecciones, que hoy son opción de poder, lo han buscado para que sea su sombra tutelar. Lo curioso, si esta es la opción de Gaviria, es que aspirantes a alcaldías de varios partidos y movimientos políticos son los que lo piden como su candidato a la Gobernación. A esto hay que sumarle nuevos aspirantes a alcaldías que reconocen la brillante labor de Aníbal Gaviria durante su administración.

Ahora bien, si la opción final del ex gobernador es la Alcaldía de Medellín, el reto no es menos sugestivo. Medellín es una ciudad ajena a las maquinarias políticas, donde impera más el voto de opinión. En Medellín prima más la juventud, la capacidad administrativa, la seriedad, que la militancia política. Gaviria es un excelente candidato para esta ciudad y parece contar con el respaldo de los que la han transformado.

Ningún partido político, por importante que sea, está hoy en capacidad de imponer candidatos a la Alcaldía de Medellín y a la Gobernación de Antioquia. Se imponen las coaliciones y se impone con candidatos serios, respetables y responsables, que propongan un excelente programa de gobierno. Nada está dicho en materia de respaldos a los candidatos, por la evidente razón de que aún no están definidos y muchas sorpresas vamos a ver en la medida que los vamos conociendo. Claro que ya se escuchan nombres, algunos buenos y probados, entre ellos Gaviria, otros menos buenos, solo cuando estén todos a consideración popular, se podrá emitir un juicio. Por lo pronto, hay que reconocer que Aníbal Gaviria es un peso pesado en la aspiración a la alcaldía de Medellín o a la gobernación de Antioquia, posición envidiable que muy difícilmente puede ostentar otra persona.

Notícula. Bochornosa la elección de contralor general de la República, con dedazo del Gobierno a favor de la ganadora, cuando el Presidente se había comprometido a respetar la independencia de las distintas ramas del poder público. Su vocero político, Germán Vargas Lleras, fue el primero que forcejeó con varias bancadas a favor de la doctora Morelli, por lo demás, muy buena candidata. Bochornoso el espectáculo de entregar los votos numerados y con distintos colores, según el partido al que perteneciera el votante, para controlar la votación a favor de la señora Morelli. Pedro Mudvi, Liberal del Cesar, cumplió la desagradable misión en su partido de entregar los votos rojos numerados, con el fin de identificar el voto y al votante. Si se optó por el voto secreto, permitir que este fuera marcado, es una burla a lo decidido y clientelismo burdo. Bochornosa la presencia de enviados del procurador general de la Nación buscando votos por la ganadora. Frustración para quienes creímos que el nuevo mandato no sería más de lo mismo. Bochornosísima la posición del partido Liberal que en bancada acogió un candidato y horas antes de elegir, presintiendo la derrota, la mayoría de congresistas se sumó a los ganadores. Vaca ladrona no olvida el portillo.

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